viernes, 9 de abril de 2010

Error, errata o malentendido III

Cuando llegó 1987 vivía en Singapur y ya dominaba mejor el inglés.

Iba a un colegio británico y me entretenía participando de sus actos teatrales, mientras que fuera de clases aprendía Karate.

Para la noche del 20 de diciembre fui elegido oveja en la obra navideña que el colegio interpretaba cada fin de año. Cuando llegó el momento de salir frente al profesorado y los padres y rodear la cuna del recién nacido niño Jesús, mi profesora de teatro me gritó “break a leg”, que, ahora sé, en inglés significa buena suerte.

Mis padres aún conservan el VHS de aquella obra. En él se puede apreciar como una tierna y aparentemente inofensiva oveja se lanza sobre la Virgen María y le quebra un brazo en dos partes iguales con una rápida y certera llave karateca.

Para colmo me equivoqué de extremidad, pero aún así creo que mi profesora de interpretación estaba feliz, ahí, llorando de lo que sólo puedo imaginar era un sentimiento de orgullo, junto al telón que cayó abruptamente ante los gritos de dolor de la Virgen María y la atónita mirada de los espectadores.