miércoles, 26 de agosto de 2009

La Fortuna

Hoy cumplo 100. Cien días de cesante, un numerito bien redondo. Cien.

Podría ser peor, podría llevar 101 días, pero no, sólo llevo 100. Qué sería de mi vida si estuviera 101 días cesante. Sería horrible, sería catastrófico e insoportable. Menos mal que sólo llevo cien. No sé qué sería de mí si llevara ciento un días de inactividad laboral.

Si yo fuera una persona que llevara ciento un días de cesantía, pensaría seriamente en buscarme el árbol más alto de la ciudad desde donde colgarme del cuello. Ciento un días desempleado, debe ser indescriptible.

Siento pena por aquellos que llevan 101 días sin trabajo. Qué suerte la mía que sólo llevo cien, que no son tantos si lo piensas, la luz aún se divisa al final del túnel. La luz es vaga y débil, es practicamente un punto blanco microscópico en un lejano y negro horizonte, pero me imagino que los que llevan 101 días ni siquiera se podrán aferrar a eso, pasando el día ciento uno en absoluta oscuridad y sin saber si algún día saldrán de ese agujero en el que se encuentran, palpando las paredes que los rodea con la palma de las manos pero sin saber en qué dirección seguir. Qué agustioso, dios mío, no quisiera estar en los zapatos de esos otros, esos que llevan 101 días en mi misma situación.

Me siento afortunado la verdad, a pesar de mis 100 días no lo veo todo color hormiga, no todavía, por qué habría de verlo todo así, tan pesimista. Ahora, los que llevan 101 días, madre mía, no me puedo ni imaginar por todo lo que estarán pasando. Para ellos los días deben ser eternamente largos y desesperantes. Me imagino que ni se darán cuenta que afuera el tiempo ya comienza a mejorar, que de a poco hemos ido dejando el frío invierno atrás, que los árboles ya comienzan a germinar, que los pájaros ya cantan otra melodía, una melodía más alegre, más festiva, que los restaurantes ya comienzan a abrir sus terrazas y quitasoles, que la gente va por la calle más contenta porque se acercan las fiestas patrias y las eliminatorias mundialistas que posicionará al país en uno de los primeros puestos de las clasificaciones.

Pobre de los que lleven 101 días sin ver trabajo, los que todo ese tiempo se despierten con la angustia de no poder marcar tarjeta, de hacer algo con sus vidas para subsistir, para mantenerse ellos mismos y/o a sus familias. Los que vagan por la ciudad con un aire nostálgico y opacado, caminando sin rumbo fijo, a donde sea que los pies los quieran llevar. Ciento un días sentados en un banquito de parque, viendo como los viejitos les dan de comer a las palomas mientras estos “ciento uno” van con su diario bajo el brazo, circulando los avisos de empleo que les ha llamado la atención. Se los ve sacándole fotocopias a sus curriculums vitae, imprimiéndolos en cibercafés. Están en las bibliotecas y cafés literarios, con la mirada perdida y somniolenta, cabizbajos revisando la sección de Artes y Letras que sale los días domingo en el diario El Mercurio porque es donde los avisos de empleos más suculentos se pueden encontrar.

Los “ciento uno” lo tienen difícil, sus esperanzas cuelgan de un hilo demasiado fino. Han perdido todo el brillo en sus ojos, se han olvidado a lo que sabe el champagne, sienten que les llueve sobre mojado y que el día en que por fin vayan a encontrar donde trabajar está a miles de kilómetros de distancia. No son más que sombras, almas que deambulan por las calles, las plazas, con tiempo de sobra para hacer lo que quieran, cuando no están en la cola cobrando sus seguros de cesantía.

Es lamentable, pero no es más que la pura y dura realidad aunque muchos elijan no verlo e ignorarlo. Son un porcentaje de la población, nuestra población. Son padres, tus tíos, primos, hermanos, tu vecino. Podría ser uno de ustedes el día de mañana… Qué sería de ustedes si estuvieran ciento un días sin encontrar trabajo. ¿Acaso no estarían arañando las paredes y aburriéndose como ostras, mis queridas sanguijuelas? No les deseo un mal de tales dimensiones. A los que sí les deseo lo mejor es a los que llevan 101 días cesantes.

¿Yo? Yo… Yo por fortuna sólo llevo 100.

viernes, 21 de agosto de 2009

Dicta Dura V

Estimados señores slash as, dos puntos… Me encuentro seriamente enfadado por el repentino corte de luz que sufrimos ayer al parecer por culpa de la incesante lluvia que experimentamos a lo largo de toda la jornada, punto aparte. En qué país tercermundista nos hemos vuelto a convertir cuando basta un día de lluvia para que comiencen a aparecer una serie de desperfectos a lo ancho y largo de la ciudad, coma, volviendo a mi memoria días de antaño cuando nada parecía funcionar, punto. No bastó con tener que atrincherarme en mi propia casa por culpa de las inundaciones que sufrimos por allá en el barrio donde vivo cuando llueve, coma, sino que además me vi sometido a permanecer junto a la ventana por donde entraba la poca luz de un día sumamente nublado y lluvioso y así retomar la lectura de un libro que no esperaba tener que leer hasta instantes antes de irme a dormir, punto y aparte. Así me encontré gran parte del día gracias al inesperado corte de luz, dos puntos, sin poder encender el televisor o mi computador con Internet, coma, resignado a leer un libro mientras afuera sucedía la madre de todas las lluvias junto al ruido de ésta junto a la del lento tráfico vehicular, punto y seguido. Y esa es otra cosa, coma, qué explicación merece el hecho de que apenas comienza la lluvia a caer, coma, cada conductor de auto por definición comienza a aminorar la marcha de su vehículo como si aún viviéramos en el año uno, punto. Es como si la lluvia presionara un botón de mecanismo en nuestro cerebro que hiciera que todos los choferes de auto y vehículos motorizados se volvieran más estúpidos y cautelosos, coma, transformándolos en verdaderas abuelitas tras el volante, coma, cometiendo las idioteces más grandes vistas por el hombre, coma, ingeniándoselas para no sólo chocar, coma, sino para ir a la velocidad de una tortuga coja, coma, creando así grandes tacos, colas y aglomeraciones, coma, como si de admirar la lluvia que cae por primera vez se trarara, punto. Es como ver a Morgan Freeman en Conduciendo a Ms. Daisy, con C, M y D mayúscula, punto y aparte. En esas estaba, coma, maldiciendo a regañadientes la desgracia de no contar con electricidad en mi propio hogar y aislado en ella por culpa de las inundaciones, coma, cuando comenzó a caer la noche, punto. Fue en ese momento cuando tuve que hacer uso de las numerosas velas que se encuentran guardadas en mi casa para ser utilizadas cuando momentos como este se presentan sin previo aviso, punto. Me sentí a finales del siglo diecinueve, coma, como un personaje de Louisa May Alcott, coma, leyendo a la luz de una vela blanca mientras la pequeña llama baila ligeramente al compas del viento que se cuela entre el marco de la ventana a mis espaldas, punto. Faltaba la chimenea encendida y el perro lanudo a sus pies, coma, calentándose el pelaje junto a las brasas encendidas del fogón, punto y aparte. Pero no tenía una chimenea encendida ni era una Mujercita con M mayúscula, leyendo un libro mientras moría de tuberculosis, coma, aunque de indignación si pude haber muerto, punto. La oscuridad se apoderaba de mi entorno, coma, ayudado por simples velas puestas estrategicamente alrededor de la casa, dos puntos, en mi habitación, coma, en el pasillo, coma, en el baño, coma, otro en el comedor y por último en la cocina, punto. El parqué, abra paréntesis que etimológicamente significa entarimado de madera de los pisos y del francés, abra comillas parquet cierre comillas y con T al final, también designa el conjunto de valores cotizados en una Bolsa con B mayúscula y hoy en día sigue teniendo una acepción jurídica señalando al ministerio fiscal y también el conjunto de autoridades judiciales, cierre paréntesis, comenzaba a crujir como hielo resquebradizo erizando los pelos de mis brazos y piernas que no volvieron a su estado natural hasta que la electricidad se restableció, coma, unas cuantas horas más tarde, punto y aparte. Señoras slash as, les quisiera pedir que esto por favor no volviera a ocurrir ya que me significa un desgaste emocional y me trae demasiados recuerdos de años cuando los cortes de luz eran pan de cada día e iban y venian hombres de uniforme militar a resgistrarlo a uno en su propia oscuridad, punto. No vuelvan a hacerlo, coma, no aguantaría otra noche a oscuras como anticipo a hechos próximos a suceder, coma, cuando todo se torna oscuro y una cálida luz se vislumbra al final de un largo túnel y te arropa lleno de recuerdos de lo que uno fue una vez y ya nunca volverá a ser, punto y aparte. Por favor no me dejen en la oscuridad antes de que sea mi tiempo, coma, mi tiempo para dejar de ser de este mundo, coma, dejar de ser mortal y comenzar a ser eterno en los corazones de aquellos que me conocieron, punto y aparte. Atenta y respetuosamente, coma y aparte…

Pérez, Troy K.

Ahora mijita bájese de la mesa y envíeme eso lo antes posible.

jueves, 20 de agosto de 2009

Dicta Dura IV

Estimados señores slash as, dos puntos… Me encuentro indignado por algo que viene ocurriendo hace ya demasiado tiempo y que es hora de que alguien diga algo al respecto, punto y aparte. Resulta que me he cansado de que los supermercados tengan fruta y verdura sin sabor, punto seguido. El tomate, coma, por ponerles un ejemplo, sabe a nada los trecientos sesentaicinco días del año, punto. Claro se ven apetitosos, coma, con un color extraordinario y un tamaño que dificilmente podrían igualar, coma, pero cuando se trata de olerlos o saborearlos, coma, estos pierden toda su magia, punto aparte. Entiendo que es un verdadero privilegio el tener tomates todo el año, coma, aún cuando no están en temporada, coma, pero de qué sirve exprimirse un par de naranjas para su jugo, coma, si van a tener el mismo sabor de una manzana o un pepino, coma, que es sabor a nada, coma, a suela de alpargata, coma, a pelota de tenis, coma, un dejo a muelle, coma, a otoño, coma, a esquina, coma, un sabor a cordón en la punta de la lengua, coma, a gota de lluvia cuando presionas la lengua contra el paladar punto. Cuando finalmente tomas el jugo y lo saboreas por más de doce segundos sabe a manguera, coma, a tentáculo de pulpo, coma, a goma de mascar que ya ha perdido su sabor, punto y aparte. Hasta cuándo van a seguir inyectándole cosas a la tierra o a las mismas frutas y verduras para que éstas aparenten ser más grande y apetitosas pero altere aquello por lo que uno más las desea, dos puntos, su sabor, punto y aparte. Entiendo que si quiero ver fruta y verdura inalterada, coma, tal cual es, coma, creciendo orgánicamente sin preservantes y aditivos, coma, debo ir quizás a una verdulería, coma, frutería, coma, mercado o feria para conseguirlo, coma, pero por qué hay que hacer tanta cosa para conseguir algo que los mismos supermercados nos debieran ofrecer como uno más de los servicios que ofrecen a sus clientes preferentes, punto. La tierra es hoy una adicta que se retuerce hasta conseguir esos químicos que necesita para ser más fértil y productiva, punto seguido. Las frutas y verduras son unos fertilidependientes que ya no crecen como se les espera si no son subministrados e inyectados con eso que los hace ver más grande, coma, más nutritivos con mejor aspecto, coma, más color, coma, más deseables y una cantidad más industrial para comercializarlos mejor, coma, pero que en verdad no están haciéndoles nada de bien a la salud de los consumidores, punto y aparte. Las frutas y verduras se han puesto abra comillas, junkie, con I latina E al final, cierre comillas, y nosotros las comemos feliz de la vida aprobando los métodos utilizados para que nos engañen a plena luz del día, coma, si no nos sentimos estafados, punto. Cuántas veces he visto señoras de casa pegar el grito en el cielo en los supermercados por el tamaño de las alcachofas, coma, cuando ni siquiera es época de ellas, punto seguido. Quieren de todo, coma, toda el año, coma, no importa en qué mes estemos, punto seguido. Si se puede alterar la naturaleza con tal de tenerle la alcachofa a mi marido cuando vuelve del trabajo, coma, pues vamos inyectándole cosas para apurar el proceso y para que luzcan grandiosas, coma, no importa cómo vayan a saber, abra paréntesis, de sabor, cierre paréntesis, después, punto y aparte. Señoras y señores, coma, me dirijo a ustedes para que puedan abordar este tema lo antes posible y así devolverle los sabores a toda fruta y verdura, punto. Creo que hablo por varios cuando digo que preferimos que los tomates sólo estén cuando sea época, coma pero cuando sí estén que estén con todo ese sabor y textura, ese olor y tamaño correspondiente, coma, como cuando eramos niños y comíamos un tomate como si fuera una manzana y una zanahoria como si fuera una barra de cereal, punto y aparte. Saludándolos muy respetuosamente, coma y aparte…

Pérez, Troy K.

Ahora mijita abotónese su blusa y envíeme eso lo antes posible.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Dicta Dura III

Estimados señores slash as, dos puntos… Me dirijo a ustedes desde un lugar que no quiero revelar simplemente por temas de seguridad, punto. No es que sea una figura importante y tema sufrir un atentado o no quiera estar en el ojo público con tanto paparazzi dando vuelta, coma, no, coma, es una cosa de temor por mi integridad física, punto seguido. Me explicaré, punto y aparte. Todo se podría resumir en el simple hecho de que mi señora tuvo el desatino y la mala fortuna de abrir el paraguas puertas adentro, coma, dentro de nuestra casa, coma, sin razón aparente, punto seguido. Aquello ha desatado un verdadero torbellino de dudas sobre cómo va a afectar esto nuestra hasta ahora tranquila convivencia en este mundo y de qué manera nuestras vidas se verán alteradas por un rosario de hechos lamentables y acontecimientos desafortunados, punto aparte. La verdad es, coma, señoras y señores, coma, que me vida desde este hecho ocurrido sólo esta mañana, coma, se ha transformado en una bola de nervios que a continuación querría relatarles, dos puntos. Al despedirse de mí en la puerta, coma, mi señora me hizo esperarla al comunicarme que debería llevarme un paraguas al trabajo porque hoy pronosticaban lluvias para esta noche y no quería que me mojara y enfermara, punto. Llegó con el paraguas en la mano y me lo entregó, coma, sin antes abrirlo en toda la entrada de mi hogar para verificar que éste funcionara adecuadamente, punto seguido. En qué estaría pensando, coma, simplemente no sé, punto. Tampoco sé a ciencia cierta si ella estaría al tanto de la creencia popular, coma, y saber si inclusive mundial, coma, que abrir un paraguas puertas adentro acarrea mala suerte, punto. Pero no quise alterarla innecesariamente, coma, especialmente si sus intenciones habán sido buenas y para que no se quedara con la idea de que había sellado mi destino con un tan simple gesto de preocupación, punto aparte. Pero yo sí lo pensé en seguida, punto seguido. De haber sido fijada, coma, mi señora también lo habría advertido en mi mirada de terror, punto. Había desencadenado una desgracia, coma, había abierto una caja de malos augurios, coma, me había echado un mal de ojo, coma, y todo con abrir y cerrar un insignificante paraguas dentro de nuestra casa, punto. Cuando me besó adiós supe que me había enviado a la muerte y comencé a dudar sobre si lo había hecho todo a propósito o no, punto seguido. Y ahí estaba, coma, dándome el beso de la muerte, coma, enviándome allá fuera a encontrarme con mi destino fatal, punto y aparte. Dicen que las mujeres florecen, coma, rejuvenecen cuando enviudan, punto seguido. Abra punto de exclamación, malditas ellas las mujeres que lo lloran a uno un par de días y luego están ahí con las manos entre la cara fingiendo estar destrozadas llorando, coma, cuando la verdad es que mantienen un ojo abierto y alerta para ver qué hombres se les acerca para consolarlas y extenderles un pañuelo para secarse esas tan convincentes lágrimas de cocodrilo, cierre exclamación. Rejuvenecen, coma, comienzan a hacer todas esas cosas que jamás habrían pensado hacer cuando estaban casadas con uno, coma, y como si se las hubieramos prohibido en vida, puntos suspensivos. Con Y mayúscula, y ahora tengo que andar con sumo cuidado, coma, cuidándome de no caer muerto, coma, de no morir electrocutado si apreto el botón para que se me abra la reja de mi casa, coma, de no morir aplastado por un piano de cola al salir de mi casa, coma, de no ser atropellado camino a la oficina, coma, no quedar atrapado en el ascensor del edificio, coma, que no se me caiga café hirviendo sobre las piernas, coma, que no me corte el dedo con un papel, coma, que no me explote el microondas de la oficina a la hora de almuerzo, coma, que no me parta un rayo camino de vuelta a mi casa esta noche, coma, todo, coma, cualquier cosa me podría suceder ahora gracias a ese maldito paraguas, punto y aparte. Había pensado tirarlo a la basura al llegar a mi casa esta noche, coma, quizás romperlo ahora mismo para terminar con la maldición, coma, el mal de ojo, punto seguido. Antiguamente en Europa para eso eran construidos los arcos o las puertas de triunfo en la ciudad, dos puntos, para que las tropas que volvían triunfantes de alguna batalla desde fuera pudieran pasar victoriosos por ellas, coma, volviendo a sus hogares, coma, a sus familias y a su país habiendo triunfado sobre el enemigo y además, coma, las puertas o arcos servían para limpiar a los guerreros o soldados de cualquier mal de ojo que le pudieran haber echado su contrincante o enemigo, punto aparte. Abra signo de interrogación, sabrían ustedes hasta cuándo dura esta mala suerte, cierre signo de interrogación y abra otro, sabrían si la mala suerte es de algún sentido en particular o es generalizada, cierre signo de interrogación y abra otro, qué puedo hacer para poner fin a esta maldición que mi señora me ha arrojado con o sin querer, cierre signo de interrogación. Ustedes son los indicados a quienes hacerle este tipo de preguntas y me encomiendo a ustedes y a su entendimiento en el tema, punto. Sepan que mientras tanto me encuentro atado de manos, abra paréntesis, no literalmente, cierre paréntesis, coma, esperando que se pronuncien para no darle rienda suelta a lo que podría convertirse en una verdadera catástrofe de infortunios varios, punto y aparte. Sin más, coma, se despide de ustedes muy respetuosamente, coma y aparte…

Pérez, Troy K.

Ahora mijita suélteme la mano y envíeme eso lo antes posible.

martes, 18 de agosto de 2009

Dicta Dura II

Estimados señores slash as, dos puntos… Recordé que no hace mucho tuve una compañera de trabajo que supongo que por cosas de la vida sabía cuáles eran los síntomas de un próximo problema a la próstata, punto seguido. Digo, abra comillas por cosas de la vida, cierre comillas, coma, porque si no me equivoco su familia era propietaria de una residencia de ancianos y saber ese tipo de cosas cuando el momento lo amerita viene siendo de vital importancia cuando se trata de llevar algo tan delicado como es un geriátrico, coma, aquí y en cualquier parte, punto y aparte. Esta compañera de trabajo decía que si estás meando y la orina es discontinua o con poco flujo, coma, tienes problemas a la próstata, punto seguido. Si la orina es muy oscura o si directamente meas sangre, coma, estás en problemas, punto y seguido. Si te sientes incómodo o entras en dolor, coma, claro signo de que estás con problemas prostáticos, punto. Cuando produces demasiada espuma al orinar, cóma, ese también puede ser un síntoma de que estás experimentando problemas a la próstata y debieras someterte a unas pruebas lo antes posible, punto aparte. La razón por la cual recordé algo semejante fue porque acabo de pasar al baño a mear y por poco no salgo vivo, punto seguido. No fue dolor o poco flujo, coma, no fue sangre ni siquiera fue más amarillenta de lo normal, coma, no, coma, fue la excesiva espuma, punto. Comenzó apenas la orina hizo contacto con el agua del váter, punto seguido. Pequeñas y medianas burbujas de aire comenzaron a formarse y a aumentar en cantidad, coma, y mientras unas aparecían y desaparecían al instante, coma, otras se negaban a reventar y se sumaban a otras compañeras que luchaban contra el oxígeno y la adversidad del mismo chorro de orina que tal como les daba plena existencia, coma, también las aniquilaba de las filas, coma, borrándolas de lo que no parecía otra cosa que una orgía de burbujas, coma, unas encima de otras, coma, como una batalla anárquica de burbujas, coma, todas contra todas luchando por llegar a lo más alto del inodoro, coma, escalar hasta la boca de éste y rebalsarse hacia fuera como lava de espuma tibia, coma, como una verdadera errupción de burbujas de orina que buscan salir hacia el exterior y comenzar a invadir el suelo del baño, coma, a llegar hasta la suela de mis zapatos, coma, mis pantalones, coma, aumentando y aumentando en cantidad, coma, cubriendo todo a mi alrededor mientras yo, coma, sin poder hacer nada por detenerlas excepto intentar terminar de orinar lo antes posible para impedir su terrorífico avance, punto y aparte. Me imaginé preso del pánico, coma, envuelto en una viscosidad de espuma maloliente que me cubría hasta los hombros, coma, sería un hombre que murió engullido por sus propias burbujas porque no recordó a tiempo que a su edad la orina no sólo alivia una vejiga ya resentida, coma, sino también puede sellar su muerte, punto aparte. Señores slash señoras, coma, no estoy aquí haciéndome el lindo, coma, la víctima o el hipocondríaco, punto seguido. De que hubo espuma en mi orina, coma, hubo espuma, coma, pero a lo mejor esto se deba a que había estado enfermo con fiebre instantes antes, punto. Es por ello que me encuentro aquí pidiéndoles una explicación a este reciente acontecimiento que espero que ustedes me puedan aclarar a la mayor brevedad posible para así poder ir al baño a mear, punto aparte. Sin otro particular, coma, se despide de ustedes muy respetuosamente, coma y aparte…

Pérez, Troy K.

Ahora mijita cúbrase las piernas y envíeme eso lo antes posible.

lunes, 17 de agosto de 2009

Dicta Dura I

Estimados señores slash as, dos puntos… Me encuentro indignado por algo que me ocurrió esta mañana camino a mi lugar de trabajo y cuya explicación quisiera extender ante ustedes, coma, razón por la cual les hago llegar este comunicado o reclamo, punto y aparte. Caminaba a eso de las ocho y media de la mañana por la tranquila calle de Gertrudis Echeñique, coma, que ya muchos desconocen que aquel nombre pertenece a la primera primera dama de Chile entre los años mil ocho noventaiseis y mil novecientos uno, coma, camino a mi oficina, coma, cuando sentí un repentino dolor punzante en la planta del pie izquierdo, abra paréntesis y signo de interrogación, acaso nadie ha caído en cuenta que a pesar de lo rico y variado que es el idioma, coma, aún el lenguaje se encuentra, coma, por decirlo de alguna manera, coma, en pañales, coma, cuando debemos utilizar la palabra, abra comillas planta, cierre comillas para designar no sólo la parte más inferior del pie sino, coma, también el lugar físico donde se producen a gran escala las cosas y también para denominar aquello que muchos de nosotros poseemos en nuestros hogares, coma, que pertenecen al reino vegetal y que debemos regar por lo menos una vez a la semana, cierre signo de interrogación y paréntesis, punto. El dolor iba y venía según levantaba y apoyaba el pie sobre la vereda en un doloroso intento por seguir caminando bajo los imponentes plátanos orientales, punto. Intenté seguir mi camino sacudiendo de tanto en tanto mi pierna izquierda en el aire por si fuera un repentino y extraño puntapié o calambre, coma, pero todo era inútil, coma, el dolor seguía ahí cada vez que apoyaba el pie izquierdo para caminar, punto y aparte. No me quedó otra alternativa que cojeando y pareciendo un hombre mal herido, coma, se me vino a la mente en ese momento la imagen del hombre mutilado de las piernas y con muletas de la película El Acorazado Potemkin, abra paréntesis, mil nueve veinticinco, cierre paréntesis, del cineasta ruso Eisenstein, coma, seguir caminando hasta alcanzar un banco de esos verdes que tan estratégicamente bien puestos se encuentran en dicha calle, punto. Cuando finalmente pude llegar a uno, coma, me senté aliviado y resoplando del esfuerzo, coma, habiéndole exigido más de la cuenta a mi pierna derecha, coma, mi pierna en ese momento, abra comillas sana, cierre comillas, punto. Crucé mi pierna izquierda sobre el muslo de mi pierna derecha para a continuación quitarme con mayor comodidad mi zapato izquierda y masajearme mejor el pie cuando me topé con algo que me irritó más que el mismo dolor y el posterior cojeo que había estado experimentando hace sólo instantes, punto. Al quitarme el zapato izquierdo encontré dentro de él para gran sorpresa mía, coma, una pequeña piedrecilla grisácea, coma, la causante de mi dolor, coma, culpable de la interrupción del transcurso hacia mi lugar de trabajo, punto seguido. Tomé la piedrita con el dedo pulgar e índice de mi mano para examinarla y destinarle con la mirada clavada en ella, coma, toda la rabia que sentía por su ser y por todo lo que me había hecho pasar, coma, a pesar de lo pequeño de su tamaño y lo insignificante e inofensivo de su aspecto, punto. Después de transmitirle a la piedrecilla todo mi odio y desprecio, coma, proseguí a masajear un poco la planta de mi pie izquierdo, coma, volví a ponerme mi zapato para continuar mi camino, coma, sin antes depositar la piedrita en uno de mis bolsillos del pantalón, punto y aparte. Piedrita que adjunto a la misiva para dejar constancia de lo que esta mañana me sucedió junto a hacerles llegar mi más legítimo disgusto por lo ocurrido,coma, ya que es gracias a ustedes que podemos contar con calles o aceras bien pavimentadas, coma, como dios manda, coma, lo que por lo mismo significa que no tengamos que pasear o transitar por caminos de tierra o desagradablemente empedradas, punto seguido. Dicen que vivimos en una jungla de asfalto, coma, dormimos, coma, estudiamos y trabajamos en grandes ciudades donde el precio por vivir cómodamente se paga a veces con nuestro débil estado mental, coma, todo, coma, para no tener que soportar hechos desagradables como el ocasionado hoy, coma, porque esa piedrecita no sólo nunca debió encontrar su camino hacia el interior de mi zapato, coma, sino que jamás debió existir en semejante lugar, punto y seguido. Hoy en día y en especial en nuestras grandes ciudades, coma, las piedras son para los lugares donde uno las quiere tener, punto. Uno las deposita ahí o aquí porque se quiere, coma, porque cumplen una determinada función o porque así se ha acordado previamente, punto. Pero tener que toparme con una, coma, por muy pequeña que sea, coma, es inexcusable, coma, dado el buen nivel de pavimentación de calles y veredas de las que ustedes tanto se enorgullecen y que a mi, coma, dado este incidente, coma, me deja bastante que desear, punto y aparte. Esperando que este testimonio sirva como un llamado de atención y suponiendo que harán todo en su poder para que esto no le vuelva a suceder a nadie y que harán con la piedrecilla lo que ustedes crean conveniente, coma y aparte, les saluda respetuosamente, coma y aparte…

Pérez, Troy K.

Ahora mijita déme un beso en la frente y envíeme eso lo antes posible.