lunes, 17 de agosto de 2009

Dicta Dura I

Estimados señores slash as, dos puntos… Me encuentro indignado por algo que me ocurrió esta mañana camino a mi lugar de trabajo y cuya explicación quisiera extender ante ustedes, coma, razón por la cual les hago llegar este comunicado o reclamo, punto y aparte. Caminaba a eso de las ocho y media de la mañana por la tranquila calle de Gertrudis Echeñique, coma, que ya muchos desconocen que aquel nombre pertenece a la primera primera dama de Chile entre los años mil ocho noventaiseis y mil novecientos uno, coma, camino a mi oficina, coma, cuando sentí un repentino dolor punzante en la planta del pie izquierdo, abra paréntesis y signo de interrogación, acaso nadie ha caído en cuenta que a pesar de lo rico y variado que es el idioma, coma, aún el lenguaje se encuentra, coma, por decirlo de alguna manera, coma, en pañales, coma, cuando debemos utilizar la palabra, abra comillas planta, cierre comillas para designar no sólo la parte más inferior del pie sino, coma, también el lugar físico donde se producen a gran escala las cosas y también para denominar aquello que muchos de nosotros poseemos en nuestros hogares, coma, que pertenecen al reino vegetal y que debemos regar por lo menos una vez a la semana, cierre signo de interrogación y paréntesis, punto. El dolor iba y venía según levantaba y apoyaba el pie sobre la vereda en un doloroso intento por seguir caminando bajo los imponentes plátanos orientales, punto. Intenté seguir mi camino sacudiendo de tanto en tanto mi pierna izquierda en el aire por si fuera un repentino y extraño puntapié o calambre, coma, pero todo era inútil, coma, el dolor seguía ahí cada vez que apoyaba el pie izquierdo para caminar, punto y aparte. No me quedó otra alternativa que cojeando y pareciendo un hombre mal herido, coma, se me vino a la mente en ese momento la imagen del hombre mutilado de las piernas y con muletas de la película El Acorazado Potemkin, abra paréntesis, mil nueve veinticinco, cierre paréntesis, del cineasta ruso Eisenstein, coma, seguir caminando hasta alcanzar un banco de esos verdes que tan estratégicamente bien puestos se encuentran en dicha calle, punto. Cuando finalmente pude llegar a uno, coma, me senté aliviado y resoplando del esfuerzo, coma, habiéndole exigido más de la cuenta a mi pierna derecha, coma, mi pierna en ese momento, abra comillas sana, cierre comillas, punto. Crucé mi pierna izquierda sobre el muslo de mi pierna derecha para a continuación quitarme con mayor comodidad mi zapato izquierda y masajearme mejor el pie cuando me topé con algo que me irritó más que el mismo dolor y el posterior cojeo que había estado experimentando hace sólo instantes, punto. Al quitarme el zapato izquierdo encontré dentro de él para gran sorpresa mía, coma, una pequeña piedrecilla grisácea, coma, la causante de mi dolor, coma, culpable de la interrupción del transcurso hacia mi lugar de trabajo, punto seguido. Tomé la piedrita con el dedo pulgar e índice de mi mano para examinarla y destinarle con la mirada clavada en ella, coma, toda la rabia que sentía por su ser y por todo lo que me había hecho pasar, coma, a pesar de lo pequeño de su tamaño y lo insignificante e inofensivo de su aspecto, punto. Después de transmitirle a la piedrecilla todo mi odio y desprecio, coma, proseguí a masajear un poco la planta de mi pie izquierdo, coma, volví a ponerme mi zapato para continuar mi camino, coma, sin antes depositar la piedrita en uno de mis bolsillos del pantalón, punto y aparte. Piedrita que adjunto a la misiva para dejar constancia de lo que esta mañana me sucedió junto a hacerles llegar mi más legítimo disgusto por lo ocurrido,coma, ya que es gracias a ustedes que podemos contar con calles o aceras bien pavimentadas, coma, como dios manda, coma, lo que por lo mismo significa que no tengamos que pasear o transitar por caminos de tierra o desagradablemente empedradas, punto seguido. Dicen que vivimos en una jungla de asfalto, coma, dormimos, coma, estudiamos y trabajamos en grandes ciudades donde el precio por vivir cómodamente se paga a veces con nuestro débil estado mental, coma, todo, coma, para no tener que soportar hechos desagradables como el ocasionado hoy, coma, porque esa piedrecita no sólo nunca debió encontrar su camino hacia el interior de mi zapato, coma, sino que jamás debió existir en semejante lugar, punto y seguido. Hoy en día y en especial en nuestras grandes ciudades, coma, las piedras son para los lugares donde uno las quiere tener, punto. Uno las deposita ahí o aquí porque se quiere, coma, porque cumplen una determinada función o porque así se ha acordado previamente, punto. Pero tener que toparme con una, coma, por muy pequeña que sea, coma, es inexcusable, coma, dado el buen nivel de pavimentación de calles y veredas de las que ustedes tanto se enorgullecen y que a mi, coma, dado este incidente, coma, me deja bastante que desear, punto y aparte. Esperando que este testimonio sirva como un llamado de atención y suponiendo que harán todo en su poder para que esto no le vuelva a suceder a nadie y que harán con la piedrecilla lo que ustedes crean conveniente, coma y aparte, les saluda respetuosamente, coma y aparte…

Pérez, Troy K.

Ahora mijita déme un beso en la frente y envíeme eso lo antes posible.

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