viernes, 8 de agosto de 2008

Pugilismo literario

Sobre mi escritorio de oficina tengo una foto montaje en blanco y negro de lo que debe ser un boxeador de principios del siglo pasado, con los puños en posición de pelea y un globo de texto donde el personaje dice: Soy escritor profesional.

Aquel boxeador sin camiseta me recuerda de lunes a viernes lo que soy y a lo que me dedico. Un escritor a sueldo, un Redactor Creativo (¿ejemplo de oxímoron?), que viene a ser un afortunado al que le pagan por hacer lo que más le gusta: escribir. Y me dice que es una verdadera pelea, un reto, donde hay que astillarse los dedos y ensangrentarse los nudillos, y hacerlo con habilidad, vocación y verdadera pasión.

Ahora que también escribo para este blog, pueden tener una idea de cómo lo hago. Bien, mal (o bien mal), más o menos, me falta, me sobra. Ya me dirán si tengo dedos pal piano, o un buen derechazo para el boxeo. Me imagino que ya a estas alturas me habré ganado mi porción de detractores y estaré en poco tiempo inundado de comentarios recomendándome que desista, que me quede tendido en la lona antes de que me haga más daño.

El papel/la pantalla en blanco es un cuadrilátero ideal donde peleamos contra la sequía literaria. Y para ello nos vamos a nuestro rincón, maquinando las movidas perfectas, estudiando a nuestro contrincante, trabajándolo para llevarlo contra las cuerdas, ocupando las mejores tácticas para derrotarlo en el menor número de asaltos posibles, y si es posible, irse a la casa después que al adversario se le apague la tele por un guantazo de Knock-Out.

El K.O. es la impresión, la estela de sangre que dejamos en el lector, lo que nosotros los redactores o escritores queremos transmitir. Los jab, cruzados, ganchos o uppercut, son el estilo con el que queremos enfrentar ese particular combate.

Y puede que sean de la opinión que no tenga nada que estar haciendo aquí, plasmando por escrito y además de una manera pública, mis pensamientos, emociones, opiniones e inspiraciones. Bueno, a todos ellos les quisiera extender mis más sinceros deseos que se vayan a la punta del cerro. (Mapas de posibles rutas están disponibles aquí a pedido. Stock ilimitado). Utilizando un término pugilístico, a estas alturas no voy a “tirar la toalla”.

Además, cómo será lo distorsionado que veo las cosas, (producto de los golpes recibidos, digo yo), que llego a pensar que si tuvieran la gentileza de advertirme que lo que aquí pretendo emprender es un error, bueno para mí eso ya significaría que he logrado crear algún tipo de reacción a mis escritos, y eso ya es más de lo que pretendía. Y aunque yo hubiera preferido reacciones como calambres estomacales o suicidios en masa, me tendré que conformar con la mala crítica y los comentarios lapidarios.

Pero ya está, el daño está hecho. Salí del anonimato y pretendo seguir escribiendo hasta que me den el último campanazo del último round. Yo seré el que está de pie en el medio del cuadrilátero. Y aunque no es una novela, aunque no me encontrarán en las estanterías de las librerías o bibliotecas, ni tampoco en Google; por lo menos me conoces tú, lector, crítico, amigo honesto, que apuñala de frente, que me propina buenos guantazos, me acribilla la ilusión y me ahoga las ganas.
Se agradece… y nos vemos en el ring, ¡minimoscas hijosdesusmadres!

1 comentario:

Unknown dijo...

ya estas en el cuadrilatero Trinquete, y me imagino que como los boxeadores cuando ya estan dentro..- It's too late - sea como sea su estado de preparacion del momento.
Estan dentro por gusto, pasion y desicion propia, ya que no me imagino a alguien que entre a recibir golpes de puro masoquista.

Sigue astillandote los dedos o buscandote un dentista por si un golpe es de los duros.

Hay algunos que estamos en los rincones, ahi donde llegas a descansar o recibir animos.
Seguiremos fielmente en nuestros puestos, a veces turnandonos, otras tal vez nos toque entrar al cuadrilatero...no se.
En todo caso...me veo mas bien levantandote el brazo y oyendo un BRAVO TRINQUETE!!!!

PD. sorry...no tengo acentos.